Cómo prepararnos para nuestra primera cata de vino
Quien avisa no es traidor, así que permítenos, querido amigo, adelantarte que estás a punto de abrir una de esas puertas sin retorno y es que quien se adentra en el mundo del vino, sin lugar a dudas, repite. Si has llegado hasta aquí seguramente ya habrás oído mucho acerca la experiencia de la primera cata y no te falten expectativas al respecto. No obstante, a lo largo de este post hemos querido recopilar una serie de consejos que sin duda te serán de gran utilidad llegado el momento a la hora de convertir esta experiencia en algo inolvidable.
- El vino es ante todo disfrute. Como todo en esta vida, la práctica hace al maestro, así que si eres un recién iniciado en el mundo del vino no desesperes pues la experiencia de la cata debe ser ante todo algo para disfrutar, un momento en el poder centrarnos a saborear de esta bebida como se merece. Dedícate a aprender y a extraer tanto placer como puedas de esta primera experiencia, pues será la que marque tu relación con el vino o la que incentive tus ganas para futuras ocasiones.
Nuestro mejor consejo en ese sentido es que, si el mundo del vino es un total desconocido para ti, ubiques este primer contacto dentro de una experiencia más amplia, como, por ejemplo, una visita a unos viñedos con una pequeña cata de por medio. A medida que vayas acudiendo a más y más catas tus papilas gustativas y tu olfato irá entrenándose y encontrarás gustoso una mejora de tu percepción gastronómica, pero hasta entonces la paciencia es virtud y poderosa aliada.
- La elección de la cata es importante. La primera pregunta que debe hacerse todo interesado en acudir a una cata de vinos es qué pretende conseguir con ella, ¿vivir una experiencia diferente? ¿gozar de un plan original durante el tiempo libre? ¿convertir paulatinamente un hobby en una profesión? ¿descubrir más sobre los sabores de nuestra tierra? La respuesta a todas estas cuestiones ayudará enormemente a afinar la elección y partir a nuestra primera cata con las expectativas adecuadas. Por supuesto, en caso de acudir acompañado, también es conveniente que las expectativas y deseos de los participantes encajen. En cualquier caso, nuestro consejo siempre parte de iniciarse en las bodegas locales y de ahí ir disfrutando más y más del turismo enológico.
- Iníciate el en lenguaje vitivinícola. Aunque una cata no es ningún examen y menos cuando aún nos encontramos en una fase muy superficial en lo que a saber de vino se refiere, quizás sí que sería bueno asegurar antes de acudir a la primera cata el manejo de los términos que más fácilmente escucharemos. De este modo podremos disfrutar más de la experiencia y también sacar un mayor partido a nuestro aprendizaje. Por ejemplo, unas nociones de lo más iniciales nos advertirán que para poder disfrutar de un vino con los cinco sentidos es acudir a nuestra cita con esta bebida sin perfumes ni elementos similares que puedan privarnos de apreciar sus matices aromáticos.
Visualmente, escucharemos hablar de nitidez, intensidad, color, lágrima (la facilidad con la que el vine se desliza por el cristal al mover suavemente la copa) y efervescencia. En la fase de cata olfativa, el bouquet es el conjunto de aromas terciarios, aquellos matices sutiles que más cuesta percibir y arrojan a nuestra nariz suaves aromas florales o frutales, principalmente. Finalmente, llegamos a la prueba del vino. Uno de los términos que deberás conocer para entonces es el famoso “retronasal”, esto que tan extraño suena no es más que el regusto que deja el vino en la boca cuando escupimos el sorbito que hemos dado a la copa y, acto seguido, exhalamos aire por la nariz; el sabor final del vino.
¿Todo listo? Entonces ya es el momento de reservar tu primera cata de vino. En nuestra web tienes toda la información acerca de las visitas a nuestras bodegas y viñedos con cata incluida, una experiencia que sin duda marcará un perfecto punto de entrada al maravilloso mundo del vino.